Cómo tratar bien a nuestros hijos cuando no hemos sido bien tratadas

Niños desnutridos

Este es un post para las madres y futuras madres porque creo que siempre es menos costoso prevenir que reparar.

Una de las características de la mujer y especialmente de la mujer cuando es madre es el nutrir.

Cuando hablo de nutrición no solo me refiero a aportar alimentos físicos y tangibles a los hijos como puede ser la comida, si no también y sobre todo a la nutrición emocional basada en la atención, cuidado, respeto, cariño e interés genuino.

Los niños para desarrollar una sana autoestima tienen que sentirse respetados y tomados en cuenta.

Desafortunadamente muchos niños crecen con carencias más o menos acuciadas, desnutridos y desestructurados emocionalmente.

Cuando se les subestima, miente o se descarga sobre ellos las emociones que los adultos no saben gestionar, estos niños y niñas estarán siendo vulnerados en algo tan importante como es su identidad.

Y las madres pueden hacer algo desde ya para que sus hijos no caigan en el desamparo emocional.

La sombra de la madre

Hay mujeres valientes…

Lo sé porque algunas mujeres me han escrito reconociéndose como madres tóxicas y preocupándose por como la forma de actuar con sus hijos podría estar perjudicandolos.

Yo siempre les digo que son muy valientes por reconocerse en ese papel, pues no siempre es fácil, y por supuesto las animo a que indaguen en ellas mismas y en sus propias carencias.

La madre tiene que trabajar con su propia sombra.

Si la madre no hace un trabajo personal serán los hijos los que acaben manifestando la sombra de la madre.

El primer punto de mi propuesta es que observes hasta que punto eres capaz de nutrirte a ti misma.

Este es un punto clave, ya que si no eres capaz de satisfacer tus necesidades (y en estas incluyo las emocionales) te sentirás carente.

Desde la carencia y el vacío tenderemos a controlar el entorno más próximo (y este incluye a nuestros hijos) para que sea el entorno quien tenga que estar pendiente de nosotras.

Al entorno se le controla mediante un cuadro dramático de queja, lástima, victimismo, manipulación y en algunos casos desde una violencia mucho más manifiesta.

Por eso no hay más remedio que adentrarse en la sombra.

La sombra es el lugar donde escondemos todos los aspectos dolorosos de nuestra biografía que no hemos revisado.

Que no seamos conscientes de nuestra sombra, no significa que esta no tenga peso en nuestra vida y la de nuestros hijos, muy al contrario, es desde esta sombra donde nos estamos relacionando constantemente.

Si deseas ser una madre más presente y amorosa para tus hijos, indaga en ti, busca en tus propias carencias, miedos, vacíos y limitaciones.

Ver y responsabilizarnos de aquello que no nos gusta en nosotras son dos pasos esenciales para no proyectarlo en los demás y en nuestros hijos.

Pregúntate los motivos por los cuales te relacionas con tus hijos de una forma que no te gusta, que sabes que no es saludable ni para ti, ni para ellos.

Cada vez que ejerces cualquier tipo de violencia sutil o manifiesta con tus hijos jalas de su energía, minas su identidad emocional y socavas su poder personal.

La propuesta es sencilla:

Vuelve la mirada hacia ti y desde ahí empieza a relacionarte.

3 comentarios en «Cómo tratar bien a nuestros hijos cuando no hemos sido bien tratadas»

    • Hola Yenny, yo te animo a ello, puedes empezar por algo sencillo, observa como es tu comunicación verbal y trabaja con la asertividad, desde hay se pueden empezar a hacer pequeños/grandes cambios. Un saludo.

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  1. Excelente, como madres nunca dejamos de aprender, y se trata de realmente darles una vida a ellos más saludable de la que recibimos nosotros, y estos artículos nos educan, gracias, bendiciones y felicidades!!

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