La compasión empieza por uno mismo.
Hay bastantes y diferentes versiones acerca del significado de la palabra compasión.
Tantas acepciones crea confusión acerca de la definición de compasión, normalmente se la define como el sentimiento de lastima por otro y esto en numerosas ocasiones limita muchísimo el concepto de compasión.
Para mi tiene que ver con aceptar al otro más allá de lo superficial, ver el fondo del otro, a ese nivel se hace mas fácil poder comprender y acompañar con amabilidad a los demás en sus procesos de vida.
Pero para aceptar a otros primero necesitamos aceptarnos a nosotros mismos.
Todos estamos hartos de oír que hay que practicar la compasión, que hay que ser compasivos con los demás, que si la compasión es la virtud más elevada…..
Bien, no lo discuto y además hay millones de enseñanzas sobre esto.
Sin embargo poco se nos instruye para que seamos compasivos con nosotros mismos.
De tal forma que vivimos en una sociedad en la que moralmente está muy bien visto estar ahí para otros pero es de egoístas querer lo mejor para uno mismo.
Pues dejáme decirte que si la compasión no te incluye no es completa o al menos no tiene mucho sentido.
Qué sentido tendría reconfortar a otros si a menudo nos estamos tratando a nosotros mismos con dureza.
Por eso hay que partir de la auto–compasión.
Cuando nos tratamos con dureza y nos sacamos el látigo de las 7 puntas no sólo dañamos nuestra autoestima si no que además bloqueamos el proceso de búsqueda de soluciones y nos predisponemos al fracaso.
Las personas que acaban consiguiendo el éxito en aquello que se proponen son las que son capaces de reconfortarse ante un fracaso o revés, esto les permite observar en que han fallado intentando mejorar en futuras ocasiones. Observan y corrigen sin castigarse.
Señales de falta de autocompasión
- Antepones las necesidades de los demás a las tuyas
- Sueles amoldarte constantemente a la gente
- Dejas que los demás te agoten con sus demandas y quejas
- Eres muy duró contigo cuando te equivocas, te dices cosas feas y poco amables!!
Una forma de empezar a ser más autocompasivos es observando nuestro diálogo interno, es decir, aquellas cosas que nos decimos a nosotros mismos.
Nuestro diálogo interno es un fiel reflejo del grado de amabilidad con que nos tratamos.
Un recurso para ti
Te quiero dar una herramienta para que puedas establecer un dialogo más amable contigo mismo en aquellas situaciones en las que te tratas con mucha dureza.
Tres son las preguntas que tenemos que hacernos para cambiar el dialogo en nuestra cabecita y silenciar la voz del crítico interno:
- ¿Con qué tipo de cosas suelo juzgarme y criticarme?
- ¿Qué tipo de lenguaje utilizo cuando cometo un error?
- ¿Cómo podría cambiar mi lenguaje para ser más amable y comprensivo conmigo mismo?
Este es un recurso para que identifiques cuando te estás hablando mal y cuales son las cosas que te dices en ese momento.
Es importante que cuando te juzgues severamente seas al menos consciente de que lo estás haciendo, esto te permitirá parar en seco y a partir de ahí generar un nuevo tipo de dialogo en el que lo importante, no es decirte frases positivas poco creíbles, si no frases que te ayuden a soltar carga y aligerarte emocionalmente.
Como todo, este recurso no es magia.
Pero sí es verdad que todo magia tiene sus trucos,
y el truco para que se haga la magia consiste en aplicar el recurso de forma reiterada en el tiempo.
Y por último UN RECUERDA:
Trátate a ti mismo de la misma forma en que te gustaría ser tratado por los demás.