En varias ocasiones me han llegado comentarios donde los adolescentes y también jóvenes me explican que se sienten estresados, asfixiados, no integrados y no comprendidos dentro de su núcleo familiar, muchas veces no saben a quién acudir o sienten que que nadie les comprende... y es por eso que aquí y ahora ellos van a adquirir todo el protagonismo que realmente merecen.
En este post no voy a centrarme en dar herramientas a los padres pues ya habrá tiempo para ello y además creo que existe abundante bibliografía al respecto; aquí quiero centrarme en exponer herramientas qué puedan utilizar los adolescentes para gestionar de forma más saludable la relación con sus padres y además fomentar su propio espacio personal.
La adolescencia suele ser un momento de la vida complicado donde el adolescente realiza reajustes de la imagen que tiene de sí mismo. Lo más relevante es la búsqueda de la identidad personal y para ello el adolescente atraviesa un proceso donde empieza a cuestionarse conductas heredadas de sus padres que hasta en ese momento no había puesto en cuestionamiento o en tela de juicio y esto es lo natural.
Pero a veces este proceso es visto por los padres como un proceso de rebeldía y no caen en la cuenta que más bien es un proceso de autoafirmación, y es sano y correcto que así sea; en este sentido, cuanta mayor comprensión, flexibilidad y negociación por parte de los padres, más llevadero será este proceso para todo el conjunto familiar.
Hay dos regalos que podemos ofrecer a nuestros hijos: uno se llama raíces y el otro alas
La adolescencia es un proceso que se expande en dos direcciones: por un lado el adolescente tiene un deseo imperioso de conocerse y profundizar más en si mismo pero por otro lado también desea abrirse a los demas, especialmente al grupo de iguales, esto es una forma de expandirse y conocerse mas allá de su nucleo familiar.
Muchas veces esta etapa parece llena de contradicciones y en cierto modo asi es, pues en ella conviven la añoranza de lo viejo y ganas de experimentar con lo nuevo y conviven también cierta ingenuidad mezclada con algunas dosis de madurez, parece como si todo sucediera a la vez. Lo fundamental es no cerrarse a esas ansias renovadas de descubrir o experimentar, si no hacerlo desde unos límites saludables.
Pero esta etapa no siempre es de color de rosa, y si para ti como adolescente la relación con tus padres es más bien tensa o conflictiva seguro que te vendrá muy bien conocer los recursos de a continuación y aplicarlos en la medida de lo que puedas.
Recursos para adolescentes estresados de sus padres
1. Busca un momento al día para desconectar
Esto es de vital importancia para oxigenarte y salir de la energía de tu núcleo familiar.
Puedes hacer deporte, leer en la biblioteca, pasar un rato con tus amigos o qué sé yo, escuchar música en tu habitación; lo importante es que hagas lo que hagas, ese momento te sirva para estar a solas, relajarte y recargar las pilas.
2. Negocia con tus padres
Cuando tengas claro un objetivo o una necesidad y esta dependa de la aprobación de tus padres intenta negociar con ellos y llegar llegar a un acuerdo, intenta que este acuerdo se base en que tú también puedas ofrecer algo a cambio.
Centrate en objetivos que te puedas marcar que sean concretos y accesibles; por ejemplo, puedes decirles frases como: «si me compraís esta cosa, o si me dejáis ir de viaje de fin de curso (o lo que sea en cada caso), a cambio prometo estudiar dos horas todos los días de la asignatura qué peor llevo»; eso sí tendrás que ser consecuente con la parte que a ti te toca con respecto a la negociación, esto te ayudará a ser más responsable contigo y por supuesto tus padres lo valorarán y actuarán en consecuencia.
3. Abrete con tu confidente
Identifica a una persona de tu entorno que para ti sea confiable, puedes contarle a ella tus problemas en caso de que así lo necesites, puede ser un amigo, un profesor o una persona mayor que tú; lo importante en este caso es que sepas que puedes contar con esa persona si necesitas hablar, recibir apoyo o escuchar un consejo.
Es muy importante afianzarte en la creencia de en que ningun momento estás solo.
4. Practica deporte
El deporte es un recurso estupendo para descargar adrenalina, aligerar tensiones, canalizar un exceso de energía o de agresividad y que además te permite en la mayoría de las ocasiones interactuar con el grupo de iguales.
Baila, nada, corre, pasea…
Mejor si lo haces con regularidad, te ayudará a estar más centrado.
5. Adopta una postura conciliadora con tus padres
Intenta en la medida de lo que puedas no reprochar o caer en una lucha frontal con tus padres, recuerda que ellos lo hacen lo mejor que pueden y a veces desde unos programas o formas de comportamiento que para ti son totalmente caducos.
No te esfuerces en cambiar a tus padres porque es una lucha perdida y acabarás agotado.
6. Lee sobre asertividad
¿Conoces qué es la asertividad?
Existen muchos libros en relación a este tema y seguro que puedes hacerte fácilmente con uno de ellos en la biblioteca. Saber algunos trucos sobre asertividad te ayudará a comunicarte mucho mejor con los demás (y sobre todo con tus padres) y por lo tanto ganar en autoestima y confianza.
7. Aprende ejercicios de respiración
Por internet en yotube seguro que encuentras muchos ejercicios de respiración que te ayudarán a reducir tu nivel de estrés y ansiedad.
Antes de estallar o ponerte de los nervios es importante que seas consciente de tu respiración, eso no obra milagros pero hacer una respiración antes de ponerte a hablar a gritos, hará que lo que salga de tu boca sea un poco más suave y esté más controlado, esto puede marcar una diferencia entre el descontrol más absoluto y una adecuada gestión de las emociones ante un conflicto.
Recuerda que no se trata de reprimir o guardartelo todo, si no de expresarte de la forma en que te haga sentir mejor contigo mismo.
8. Los límites son sabios consejeros
Aprende a poner y ponerte límites.
Esta es una época de descubrimientos a todos los niveles pero no por eso tienes que ponerte en riesgo a ti o a los demás, es importante que aprendas a escuchar tus emociones, solamente ellas te dirán cuando vas por el camino adecuado, si sientes contradiccción o malestar, no vayas por ahí, cambia de dirección.
Estos son algunos recursos que bajo mi perspectiva considero útiles para que los adolescentes aprendan a gestionar mejor situaciones de estrés o conflicto dentro del ámbito familiar.
Me gustaría saber tu opinión, sí tras la lectura se te ocurren más recursos, puedes compartirlos al hilo de este post en los comentarios.