3 errores que te estresan, agotan y debilitan cuando das a los demás

Ya es Navidad.
Parece que el espíritu de la navidad es un bálsamo que suaviza el ritmo frenético que hemos llevado a lo largo de todo el año y nos recuerda que dar, compartir y festejar la vida es lo realmente importante.

Quizá podíamos hacer un pequeño esfuerzo o titánico según los casos para que este espíritu esté presente todo el año y para eso no estaría mal integrar ese espíritu dador que nos hace dar en estas fechas mucho más de lo que normalmente damos.

Pero en este dar y compartir hacia fuera no todo vale, el acto de dar lleva implícito una serie de requisitos para que ese dar sea auténtico.

Errores en el flujo al dar a los demás

Marci Shimoff en Ama porque sí , un libro que he estado consultando estos dias y cuya lectura recomiendo nos explica algunos de estos errores:

1. EL APEGO A LOS RESULTADOS

Dar es un acto de des-prenderse eso significa dar sin la necesidad de provocar una respuesta determinada en la otra persona o apegarte a conseguir un resultado concreto con tu actuación.

Siempre que das generas un movimiento a través del cual serás recompensado, pero lo bonito de ese movimiento es que no simepre es lineal – hago esto y sucede esto- es más bien un hago esto y sucede esto otro y esto otro que está por suceder no sabes lo que es, ni por donde te llegará, solo tienes que tener la certeza (que no obsesión)de que te llegará.

Por todo esto, no hay que quedarse esperando a que la recompensa llegue, ya que  el hecho de dar en si mismo te produce apertura del corazón y me pregunto yo…. ¿qué hay mejor que eso?

2. ESPERAR ALGO A CAMBIO

Esto tiene que ver con no esperar la reciprocidad absoluta a la hora de dar y esto la verdad sea dicha puede sonar injusto y realmente lo es, pero solamente en la superficie.

Por ley cada vez que das recibes a veces de forma inmediata y otras veces de forma no lineal y directa en la mayoría de las ocasiones, por eso obsesionarte con la reciprocidad en todo lo que haces absoluta te limita, te vuelve calculador y te resta espontaneidad en tus actos.

El amor se abre en la espontaneidad y se vuelve escurridizo en lo premeditado , rígido o acartonado.

3. ASEGÚRATE DE QUE DAR NO TE ESTRESA NI TE DEBILITA

Para dar uno tiene que sentirse pleno primero, si no ese acto de dar no tendrá mucha calidad y nisiquiera será percibido por los demás.

Si no eres capaz de darte no serás muy capaz de disfrutar dando a los demás.

 Si tu compasión no te incluye a ti mismo, es incompleta» Buddha

Dar estando cansado, apagado o estresado no tiene ningún sentido, cuando nos sentimos mal o cansados, nosotros y no los demás tenemos que pasar a ser nuestro foco de atención.

⇒Para saber si te pasas de la raya cuando estés dando o ayudando a los demás tienes que estar muy en contacto con tu cuerpo y sus sensaciones; en el momento que sientas que ayudar o cuidar de otro te supone un gran esfuerzo o te hace sentir mal, mejor no lo hagas, no tiene ningun sentido ayudar a otro para desayudarte tú.

A la vida el gusta el ++ yo gano,  tú ganas y para que todos salgamos ganando todos tenemos que sentirnos bien.

No te olvides, dar SI, pero dar desde la plenitud es la clave.

Me gustaría saber acerca de tu experiencia al dar a los demás,

si cometes estos errores…

y como te sientes cuando en ocasiones eres capaz de dar  liberandote de ellos.

6 comentarios en «3 errores que te estresan, agotan y debilitan cuando das a los demás»

  1. Hola Virginia.

    Pues voy a darte mi comentario porque no me estresa para nada.
    La verdad es que cuando das algo, no puedes esperar nada a cambio, es muy agotador estar esperando si devuelven algo por lo que has hecho o dicho. Mi experiencia me dice que… la mayoría de las veces nunca recibes nada a cambio.
    Esto debe hacerse por tu disfrute personal de subir tu autoestima por el mero hecho de ayudar al prójimo, y nada más.
    Claro esta, que tampoco te puede perjudicar, como bien dices la practica de esta forma no es saludable.

    Un abrazo

    Responder
    • Hola Angel,

      tienes razón, dar para esperar algo a cambio es agotador, mucho mejor hacerlo desde el disfrute.

      Mi experiencia con el recibir es diferente a la tuya, casi siempre que doy recibo de la forma más inesperada y cada vez soy más consciente de esto, antes no lo era tanto…

      Muchas gracias por darte con tu aportación y feliz salida y entrada de año.

      Un abrazo,

      Virginia

      Responder
  2. Hola Virginia,
    voy a intentar relacionar los errores de dar por ejemplo con blogs como los nuestros.

    Muchos de nosotros volcamos la mayor parte de nuestro conocimiento en blogs específicos para ello. Uno con blogs más enfocados y otros con blogs menos enfocados.

    La cuestión en sí, es que estamos dando y mucha veces sin esperar nada a cambio. No esperas una suscripción al blog, no esperas la venta de un producto o servicio, ya que simplemente eso va por otros canales.

    Por una afición que tengo la náutica a vela, conozco a muchos patrones que ceden su barco a cambio de nada. Simplemente por compartir unos momentos de navegación a vela.

    Estoy muy de acuerdo con los tres errores que mencionas, ya que, en los dos ejemplos anteriores, no se podría hacer los que se hace. En unos casos escribir en un blog y en otros ceder un sitio en un velero.

    Saludos
    JJo

    Responder
    • Hola Juanjo,

      Cuando se trata de dar compartiendo nuestras pasiones, como en el caso de los patrones, es mucho más fácil hacerlo sin desgastarnos, es más yo creo que es una forma de recargarse y expandirse ofreciendo a los demás. En nuestro caso, creo que somos afortunados por poder expresar nuestros conocimientos a través de los blogs que son nuestros canales para llegar a la gente.

      Muchas gracias por aportarnos tu visión.

      Feliz salida y feliz 2015.

      Un abrazo,
      Virginia

      Responder
      • Ojalá hubiera leído esta página antes de hacer lo que hecho. He dado y mis condiciones físicas eran horribles (enferma de cáncer y con quimioterapia) y me seguían pidiendo más y más a pesar de mis ruegos. Dos veces llegué a mí límite. Perdí el miedo a la muerte porque la veía como una liberación: paz, -me decía. Si muero se acaban mis problemas, no puedo más.

        Tras cinco años dando, por fin, sí, por fin, he dicho: Hasta aquí. Es tu vida o la mía y elijo la mía. Ahora ya no soporto ni el mínimo nivel de estrés, supongo que como resultado de mi desgaste. Ahora soy también a peor hija del mundo porque todo lo hecho antes ya no cuenta. Sólo cuenta que no hago ahora. «Si no quieres residencia, asume tus decisiones» «Si no quieres molestar a los otros hijos, asume tus decisiones» YO he dicho basta. Ojalá lo hubiera hecho antes.

        Responder

Responder a Virginia de la Iglesia Cancelar la respuesta