¿Te sientes cansado a menudo?
Hacer las cosas, incluso las cotidianas ¿te cansa en exceso?
¿Te cuesta parar y gratificarte?
Si has contestado SÍ a estas preguntas, este post es para tí.
Son muchas las causas que pueden hacernos sentir cansados, en este post te voy a hablar de algunas que creo son las más relevantes y que a lo mejor puedes estar pasando por alto.
Voy a empezar por contarte algo muy sencillo, simple, obvio y de sentido común que por otro lado y desafortunadamente es el menos común de los sentidos.
Lo primordial y más importante que tienes que saber en cuanto a tu energía vital es que hay fuentes que te nutren o recargan y por el contrario fuentes que te drenan o desgastan.
Teniendo en cuenta lo anterior hay dos pasos básicos para recuperar tu vitalidad:
1. Eliminar las fuentes que te drenan
2. Aumentar las fuentes que te recargan
1. Eliminar las fuentes que te desgastan
1. Malos hábitos sostenidos en el tiempo. Los malos hábitos no solo bajan tu energía y rendimiento si no que además sostenidos en el tiempo te pueden llevar a manifestar una enfermedad.
Cuanto más repites un hábito negativo, más fuerza coge y es por este motivo por lo que cuesta tanto cambiarlo.
Un hábito negativo se cambia tomando consciencia del daño que te hace y siendo perseverante con el nuevo hábito que adquieras en su lugar .
2. Relaciones tóxicas. Cuando no sabemos poner limites, complacemos en exceso, abusamos o nos dejamos abusar, el drenaje energético está asegurado.
También es vital la relación que tienes contigo mismo, un estado de incoherencia con uno mismo es una fuente de conflicto y desgaste constante.
3. Pensamientos rígidos y obsesivos. La inflexibilidad, la obsesión y la tozudez te pueden llevar a bloquearte, encerrarte en ti mismo y desde ahí perder visión, creatividad y perspectiva para solucionar tus problemas.
Además estos pensamientos hacen que te estanques en una posición fija, sin fluir y evitando que disfrutes de las situaciones nuevas que van surgiendo en tu presente.
4. Emociones tóxicas. Las emociones no son negativas en si mismas pero cuando son demasiado intensas o se perpetúan en el tiempo se vuelven emociones nocivas conviertendose en filtros a través de los cuales vives e interpretas tu realidad.
Aprender a fluir con las emociones y autorregularte son las claves para encontrar el equilibrio emocional
5. Actitudes rígidas. Las imposiciones autoimpuestas en forma de tengo y debo que son de lo más desgastantes, nos hacen sentir mal, poco motivados, inflexibles y poco creativos.
Recordarnos los motivos por los cuales hacemos las cosas es centrarnos en los beneficios que nos aporta hacerlas, de este modo las haremos más desde una intención de gratificación personal y no tanto desde la obligación.
6. Tu critico interno. El critico interno es esa vocecilla, chillona e impertinente que te hecha reprimendas y te llena de culpa justo en el momento que menos lo necesitas.
Existen formas de suavizar a este critico interno, empezar a tratarte con amabilidad en los momentos que sientes que no estas a la altura es una de ellas.
7. Ritmo frenético. Debajo de este ritmo se esconde una persona que quiere abarcar demasiado, no se deja tiempo y espacio, quiere controlarlo todo, pero es es ella la que acaba siendo controlada y desbordada por las circunstancias.
2. Aumentar las fuentes que te dan vitalidad
1. Buenos hábitos sostenidos en el tiempo. A corto plazo requieren de un esfuerzo consciente por tu parte y son costosos de realizar pero generan armonía, satisfacción y felicidad a medio y largo plazo.
2. Relaciones saludables. Son las relaciones que se establecen desde el desapego y la libertad, son aquellas que nos permiten crecer y ser nosotros mismos.
Las relacionas sanas son las que nos suman y no nos restan.
3. Flexibilidad mental. Ser creativo, fijarte más en la solución que en el problema y adaptarte a los cambios te permite obtener mejores soluciones sin desgastarte.
4. Equilibrio emocional. Fluir con las emociones es la clave para el bienestar emocional.
No se trata de negarlas o reprimirlas, sino de reconocerlas, extraer la información que tienen para darte para después poder soltarlas.
5. Creatividad. Hacer las cosas de una forma creativa proporciona más placer y gratificación que hacerlas de manera mecánica y forzada.
6. Autodialogo suave y conciliador. Tratarte con amabilidad cuando las cosas no salen bien es una buena forma de encontrar el equilibrio emocional cuando las circunstancias nos son adversas.
7. Descanso. Darte pequeños descansos a lo largo del día es una buena forma de no saturarte, pararte cuando notas los primeros síntomas de cansancio o desgaste también es una buena medida.
En el siguiente vídeo te doy una herramienta para que puedas averiguar cuales son tus propias fuentes que te desgastan o revitalizan.