Este es un post invitado de Miriam Martín Canales
En este artículo vamos a sugerir algunas pautas para conseguir dejar atrás algunos sucesos del pasado que se nos han quedado enquistados y están condicionando nuestro presente y asustando nuestro futuro.
Nuestra mente funciona de una manera muy peculiar y en ocasiones cuando un suceso tiene una carga emocional muy fuerte y/o esa carga emocional se mantiene de manera prolongada en el tiempo parece que esa emoción se queda enquistada en nuestra mente y vuelve a aparecer cada vez que nos encontramos con algún suceso con cierta similaridad al que la ocasionó inicialmente.
Esto en algunas ocasiones no tiene por qué suponer necesariamente un problema. Por ejemplo cuando un olor, una canción, un color nos recuerda a alguien o a algo. Sin embargo en otras ocasiones sí que causa serios problemas, por ejemplo cuando una ruptura dolorosa hace que no seamos capaces de entablar otra relación, o cuando algunos patrones tóxicos vividos en el lecho familiar están condicionando nuestra manera de relacionarnos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo que nos rodea.
¿Por qué debemos dejar atrás el pasado?
El pasado nos puede resultar tremendamente útil para dos cosas:
1. Aprender de él, de las experiencias vividas, de los errores cometidos, etc
2. Explicar el momento actual: las decisiones que tomamos en el pasado o las circunstancias que nos rodearon tiene un enorme poder explicativo sobre el momento actual.
Sin embargo, anclarnos en sucesos o emociones del pasado durante demasiado tiempo puede estar impidiendo que vivamos con plenitud el presente. Y no debemos olvidar que mañana, hoy será el pasado que estará explicando nuestro presente.
El presente es lo único que tenemos, el único momento que tenemos para actuar y para construir lo que hoy es nuestro futuro. Y el futuro solo puede afectarnos en la medida en que lo traigamos al presente así que, no debemos tenerle ningún miedo.
Pautas para dejar atrás el pasado.
1. Reelabora el pasado
Lo que nos afecta en el presente no son las situaciones que vivimos a lo largo de nuestra vida si no la representación mental que nosotros hacemos de esas situaciones. Probablemente si viviéramos ahora esas situaciones no nos afectarían lo más mínimo, pero en el momento en el que sucedieron (sobre todo si fueron en la infancia) no teníamos los recursos suficientes para integrarlas de manera de correcta y generamos una representación mental de ellas acorde a ese momento que posteriormente nunca nos hemos parado a revisar y/o a cambiar.
Si quieres dejar atrás tu pasado lo primero que debes hacer es detectar que es aquello que te está condicionando. Puede que lo logres hacer solo o que necesites la ayuda de técnicas de meditación o terapia si estas vivencias pasaron a tu inconsciente y no eres capaz de acceder a ellas.
Una vez que lo detectes trata de reelaborarlo, es decir, saca otra conclusión diferente de la que sacaste momento. Por ejemplo: Que una relación fracasara no significa que no seas una persona válida para mantener una relación sentimental, que suspendieras una oposición no significa que nunca vayas a lograr nada en la vida o que tus padres te trataran a voces no significa que seas una persona digna de desprecio.
Lo más seguro es que encuentres muchos factores algunos personales y otros completamente ajenos a ti que puedan explicar (no siempre justificar) por qué ocurrieron determinadas cosas en un momento dado. Las cosas que ocurrieron forman parte del pasado y gestionando el presente de una manera adecuada no tienen por qué volver a ocurrir.
2. Gestiona el sentimiento de culpa
La culpa es uno de los sentimientos más difíciles de gestionar y que más pueden anclarnos al pasado y enturbiar nuestro presente.
Bien o mal las cosas hechas, hechas están y eso ya no lo podemos cambiar. Sin embargo somos humanos, es decir seres imperfectos y tenemos todo el derecho del mundo a cometer errores. De hecho, cometer errores es una de las mejores formas que existen de aprender.
Asi que las cosas que puedas y quieras cambiar ¡Cámbialas! Y las que ya no tengan remedio acéptalas y aprende de tus errores.
3. Ataca al pasado desde el presente
Hasta ahora seguramente sea el pasado el que te esté mandando ataques a ti en forma de miedos, emociones negativas , inseguridades, etc…
Pues ha llegado el momento de cambiar las tornas. Te sugiero que a partir de ahora te propongas luchar contra sus ataques y salir victorioso. ¿Cómo? Enfrentando tus miedos e inseguridades.
La única manera de vencer nuestros miedos es enfrentándolos, cuando los enfrentamos vemos como poco a poco van perdiendo fuerza hasta que al fin desaparecen. Así que aunque al principio te resulte complicado cuando detectes un miedo irracional que esté condicionando tu vida simplemente afróntalo, actúa como si ese miedo no existiera y desparecerá. De primeras te costará hacerlo pero puede terminar convirtiéndose en algo adictivo.
Espero que este artículo pueda ayudarte a tener un presente libre de ataduras y que a partir de ahora pongas en práctica estas tres pautas para conseguir dejar atrás cualquier resquicio del pasado que te este impidiendo vivir una vida plena.