Ahora tocaremos un mal muy común…
La queja constante.
Parece que en nuestra sociedad la queja está muy automatizada y extendida, de tal forma que siempre encontramos algo por mínimo que sea para quejarnos o criticar: el paro, la crisis, la delincuencia, el trabajo…
Olvidamos que por la ley de la atracción nos estamos colocando en una posición vulnerable, pues por resonancia atraemos aquello a lo que estamos prestando atención.
La queja hace que de forma inmediata nos conectamos con energías y emociones de baja frecuencia que nos proporcionaran malestar, enfermedades y falta de creatividad.
Practica la gratitud
Sin embargo la gratitud hace que nos sintamos fenomenales porque nos permite conectarnos con emociones de aprecio, amor, alegría y poder personal.
Dando las gracias, te vuelves más receptivo y permites que te llegue más de lo mismo.
Además mejora tu sistema inmunitario y tu estado de ánimo.
Ejercicio propuesto para tu semana 5:
Creando un hábito
Es importante tomar consciencia de las repetidas veces que nos quejamos a lo largo de un día, para ello presta atención y cuando te descubras emitiendo verbalmente una queja, una crítica o un cotilleo malicioso para de inmediato, no te culpes y emite un sentimiento sincero de gratitud por el trabajo, la familia o por cualquier cosa por la que estés agradecido de corazón.
Cuando practicamos un tiempo esta nueva costumbre (lo ideal son 21 días como mínimo) dejamos de criticar incluso con la mente.
Si 21 días sin criticar verbalmente te supone un reto difícil puedes empezar poniéndote un reto más pequeño o simplemente genera una intención de observar tu habito de queja, simplemente dándote cuenta, dejaras de hacerlo y puede resultar incluso divertido.
Una anotación
No quejarte, no significa que no puedas defender tus derechos, pero puedes expresar los mismos de una forma asertiva y neutral sin tener que recurrir a la queja.
No hay nada malo en decirla a la cajera que se ha equivocado con el ticket de la compra; -¡Eres una inútil!- Eso sería una queja.
Lectura recomendada
Dar gracias a la vida de John Demartini
… en la próxima píldora hablaremos de la misión de tu vida.
Un abrazo,
Virginia de la Iglesia